Los intercambiadores de calor son componentes de los sistemas de refrigeración.
Es posible certificar tres tipos de intercambiadores de calor:
Están destinados principalmente al equipamiento de cámaras frigoríficas. El aire exterior se refrigera mediante el refrigerante que se evapora y se dirige hacia la cámara frigorífica. La temperatura del aire de salida puede muy baja (del orden de -30 °C).
Se instalan principalmente en los grupos de producción de agua helada. Permiten al fluido refrigerante pasar del estado «gaseoso» al estado «líquido» por medio de la refrigeración por convección forzada con aire. Estos aparatos están pensados para su instalación exterior.
Permiten refrigerar el agua utilizada en un circuito cerrado por convección forzada con aire. Los aerorrefrigerantes se pueden utilizar para refrigerar el agua de los condensadores de los grupos de producción de agua helada, o para aplicaciones de «free cooling». El aerorrefrigerante se adapta a las potencias frigoríficas elevadas. Estos aparatos están pensados para su instalación exterior.
Es posible utilizar varios refrigerantes para los evaporadores y condensadores de aire (R404A, R134a, R507A, R407A…).
El agua utilizada en los aerorrefrigerantes puede contener glicoles en distintas proporciones.
Los evaporadores de aire, los condensadores de aire y los aerorrefrigerantes, aunque tengan funciones distintas, tienen en común su aspecto, su diseño y sus ventajas. Se trata de sistemas modulares que se pueden transportar, instalar y adaptar fácilmente a sus necesidades. La cantidad de módulos de un sistema se determina en el momento del dimensionamiento. Puede ser una cantidad elevada, lo cual ofrece un gran número de soluciones posibles.
Los evaporadores de aire y los condensadores de aire se pueden utilizar con distintos refrigerantes en función de las necesidades. Existen proyectos en marcha que contemplan refrigerantes naturales con índices GWP reducidos, por ejemplo, el dióxido de carbono (CO2) o el amoniaco (NH3).
Los aerorrefrigerantes no presentan ningún riesgo para la salud, por ejemplo, la legionela, ya que funcionan en un circuito de agua cerrado. Además, favorecen el ahorro energético a través del uso del «free cooling».
Para acertar en su elección, basta con comparar los productos. Sin embargo, cuando las prestaciones de los productos no están certificadas, esta tarea es imposible.
La certificación permite comparar con total objetividad.
Para los refrigeradores de aire por convección forzada por la refrigeración, certificamos las siguientes características:
La calidad del aire y la ventilación