Pese a que el diseño de edificios comerciales presta cada vez más atención al rendimiento del propio edificio a fin de reducir las necesidades de calefacción, todavía no existe solución enfocada a reducir las demandas de refrigeración. De hecho, estas se acentúan debido a que las oficinas, además de estar mucho mejor aisladas, cuentan con un mayor número de equipamiento generador de calor. Todo ello sumado al factor de que las restricciones en el uso de refrigerantes han aumentado en los últimos tiempos hace que los sistemas de aire acondicionado de agua refrigerada se terminen de presentar, pues, como la mejor solución para cubrir todos los condicionantes anteriormente mencionados.
Diseñados normalmente para aplicaciones comerciales e industriales, los enfriadores son aparatos reversibles que también pueden proporcionar calor. La temperatura de operación para producir agua fría de confort es de 7 ° C / 12 ° C. En este tipo de sistemas, el agua, tanto en su forma más pura como con glicol añadido, se utiliza como fluido intermediario para transferir energía. Por contra, en los sistemas de expansión directa se utiliza directamente el refrigerante como fluido de transferencia de calor para evacuar las calorías al exterior y transmitir las frigorías a las unidades terminales de aire acondicionado.
En los sistemas de aire/agua, las calorías se toman del aire exterior, que es una fuente de energía libre e inagotable: la energía devuelta por la máquina de refrigeración se transfiere al agua, es decir, al fluido transmisor que enfriará las habitaciones que lo requieran. En los sistemas de agua/agua, la fuente calorífica es el agua, que puede proceder del acuífero o de una torre de enfriamiento. La máquina refrigeradora transfiere su energía a una red de agua refrigerada que se transmite a los transmisores.
La condensación del agua posee una mayor capacidad térmica que la condensación del aire y una mejor EER (eficiencia energética en la refrigeración), básicamente porque esta solución depende en inferior medida de las condiciones de temperatura exterior.
Además de los mencionados, existen otros tipos de sistemas, como las bombas de calor aire-agua de circuito de agua, cuya popularidad se disparó en la década de los 90, para luego experimentar un fuerte descenso de ventas. Sin embargo, actualmente, tal como han podido notar algunos productores, estos sistemas vuelven a adquirir notoriedad entre los usuarios, puesto que se ha puesto de manifiesto que poseen ciertas ventajas en términos de instalación: resultan más ligeros, y garantizan la renovación de aire fresco y la extracción de aire viciado a través de las paredes exteriores. Las tomas de aire son, pues, invisibles, y se integran directamente en las fachadas. Además, constituyen también un perfecto aliado para proyectos de renovación, puesto que los enfriadores requieren el paso de tuberías de mayor diámetro que los sistemas de expansión directa y, de hecho, son más difíciles de implementar en una estructura ya existente. La evolución en este sector suele pasar por la creación de equipos con un rendimiento energético mejorado, por lo que, los enfriadores que hoy en día podemos encontrar en el mercado funcionan, en su mayor parte, con compresores de inversión a fin de adaptar su velocidad a la demanda y variar la frecuencia de la corriente. Además, cada vez más sistemas de distribución en edificios del sector de los servicios, están implementando auxiliares de velocidad variable, como las bombas de circulación.
Existen otros sistemas que utilizan agua fría o caliente para llevar a cabo las funciones de refrigerar/calentar, como las unidades de fain coil. Estas unidades, que se instalan en la habitación que se desea climatizar, están formadas por una batería fría, un filtro, resistencias eléctricas y un ventilador. En la versión "2 tubos / 2 cables", los dos tubos corresponden al flujo de retorno del agua refrigerada para llevar a cabo la operación de enfriamiento. Los dos cables corresponden a la fuente de alimentación de las resistencias para la operación de calefacción. Los ventiladores-convectores permiten individualizar la sensación de confort, y escoger distintos modos de calefacción y refrigeración que pueden funcionar de forma independiente en las distintas ubicaciones que se desean climatizar. En este sector también se busca la optimización del rendimiento: cada vez más aparatos de este tipo se equipan con ventiladores de bajo consumo.
Los sistemas de agua están certificados por dos programas de certificación europeos Eurovent. Entre las características certificadas por el programa "Chillers (LCP-HP)": capacidad de refrigeración, energía eléctrica absorbida, coeficiente de eficiencia energética, potencia de calefacción, coeficiente de rendimiento, caída de presión del líquido, presión disponible, caída de presión en el condensador...
En cuanto al programa "Fan Coils (FCU)", se refiere a todas las unidades fan coil, cubiertas y descubiertas, de velocidad tanto variable como no variable, y certifica tres conjuntos de características: térmica, acústica y aeráulica.