En Italia, se ha iniciado una reforma de la tarifa eléctrica: se trata de una muy buena noticia para los sistemas de bombas de calor puesto que, a partir de ahora, incrementará su facilidad de instalación y uso.
En Italia, el 1 de enero de 2017 entró en la segunda fase la reforma de precios en el ámbito de la electricidad: el objetivo era eliminar la diferenciación de precios basada en niveles de consumo, garantizando así la aplicación de una tarifa más justa para estimular las inversiones a fin de conseguir un sistema energético más eficiente y sostenible. Esta reforma fue introducida por la Autoridad de Electricidad según lo previsto por el Parlamento y el Gobierno (D.Lgs. N. 102/14) para implementar la Directiva Europea 2012/27 / UE sobre eficiencia energética.
Así, con esta nueva reforma se abandonó la estructura tarifaria progresiva. La nueva tarifa, llamada TD, es la misma tanto para clientes domésticos como variables, y solamente hace diferenciación en función de la capacidad de conexión y del kWh extraído de cada red. Se introdujo el 1 de enero de 2017, fecha a partir de la cual se dejaron atrás las antiguas tarifas: es decir, la D2 para residentes de hasta 3 kW, D3 para no residentes y residentes con más de 3kW y la tarifa experimental D1 para bombas de calor.
La diferenciación entre residentes y no residentes se mantiene para los componentes de la tarifa relacionados con los cargos del sistema general.
Se definirá una estructura de tarifas igual para todos los clientes domésticos para los servicios de red, que incluirá los costes de medición, comercialización y distribución a una tasa fija por cliente (€ / año) y sobre la base de la capacidad (€ / kW / año) y los costes de transmisión (€ céntimos / kWh).
La reforma de los precios de la electricidad, junto con la introducción de la nueva tarifa TD, trae consigo algunos beneficios para quienes instalen equipos eléctricos eficientes, como bombas de calor, a fin de promover la introducción de fuentes renovables (como la fotovoltaica) y los sistemas de almacenamiento.
El objetivo de la reforma es recompensar el uso de tecnologías eficientes y tratar de desplazar el consumo habitual hacia fuentes eléctricas. Con las bombas de calor es posible evitar el consumo de gas de manera eficiente, pero aun así se requiere una tarifa eléctrica competitiva.
Ya en 2014, precisamente para fomentar la instalación y dar soporte a quienes ya habían decidido cambiar su consumo habitual por el uso de fuentes eléctricas, se introdujo la tarifa D1, que ya preveía que el coste del kWh fuera constante y no dependiera del kWh consumido.
Desde el 1 de enero de 2017, los que pagaban la tarifa experimental D1 han migrado a la nueva tarifa no progresiva de TD, que a partir de 2018 será la misma para todos, mientras que los que no pagaban dicha tarifa experimental se encuentran ahora en la fase 2 de la reforma, por lo que solo se beneficiarán de una disminución de los cargos del sistema general.
La capacidad de conexión del contador.
La reforma de los precios de la electricidad nos trae una interesante noticia relacionada con la capacidad de conexión eléctrica. Generalmente, la instalación de una bomba de calor implica un aumento en la capacidad de conexión.
Antes de la reforma de los precios de la electricidad, los soportes de capacidad eran fijos (1,5 kW, 3 kW, 4,5 kW y 6 kW), mientras que ahora hay más niveles de capacidad disponibles, de modo que es posible elegir el que más nos convenga.
La clasificación comienza siempre a partir de 1.5 kW, pero ahora se ha añadido un nivel más cada 0.5 kW para aplicaciones domésticas (2.5 kW, 3.5 kW, 4 kW, etc.), mientras que, en caso de valores superiores a 6 kW (para consumos activados en trifásico) el nivel añadido es cada 1 kW.