Las bombas de calor doble servicio garantizan la producción simultánea de calefacción y agua caliente sanitaria. Se pueden instalar tanto en espacios de obra nueva como en locales reformados, en sustitución de un sistema de calefacción clásico. Este sistema debe ser instalado por un profesional cualificado, puesto que el dimensionado de la instalación es la clave para alcanzar un rendimiento del sistema óptimo.

Desde su inclusión en el RT 2012 en el año 2013, las bombas de calor doble servicio se han ido desarrollando de forma exponencial. Este sistema representa varias ventajas: supone una reducción del espacio y de la porción de superficie ocupada, gracias a la compacidad del aparato, que, además, realiza dos funciones. Por otro lado, la inversión necesaria es razonable teniendo en cuenta la doble solución que ofrece el sistema y, además, solo requiere un único contrato de mantenimiento.

En cuanto a la elección de los materiales, la certificación NF PAC garantiza la conformidad del aparato con la normativa en vigor, así como el cumplimiento de los límites de rendimiento establecidos. Por otro lado, desde 2015, todos los equipos de calefacción están sometidos a la normativa de etiquetado energético. En el caso de la bomba de calor doble servicio, el etiquetado debe incluir dos columnas: una para la eficacia energética del modo calefacción, y la segunda, para la eficacia energética del modo producción de agua caliente sanitaria.

Un instalador profesional, que, idealmente, deberá contar con la certificación RGE, podrá ayudaros en la elección, teniendo en cuenta las características del espacio. En junio de 2014, el programa Rage (Reglas del oficio Grenelle Environment) publicó recomendaciones profesionales para diseñar, dimensionar, instalar y realizar el mantenimiento a una instalación de este tipo.

Una solución adaptada a cada caso

Para que el modo de empleo de estos aparatos resulte fácil para el usuario, es necesario que las necesidades de calefacción y de agua caliente estén equilibradas. El cálculo del volumen del calentador de agua debe realizarse en función de las necesidades reales de la vivienda, a fin de satisfacer la demanda. La solución, pues, deberá adaptarse a cada caso particular. Por ejemplo, si se trata de una vivienda nueva, particularmente bien aislada, las necesidades de agua caliente serían superiores a las necesidades de calefacción: en este caso, podría estudiarse la instalación de un relé para el suministro de agua caliente. Y a la inversa, en el caso de una vivienda renovada, la PAC doble servicio debe instalarse como sustitución de la caldera para el servicio de calefacción y de suministro de agua caliente. En las regiones con climas más extremos, la eficacia de la PAC doble servicio puede disminuir, puesto que, al conceder prioridad a la producción de agua caliente, es posible que se reduzca el confort térmico en el interior de la vivienda. En estos casos, será necesario un sistema auxiliar de calefacción.

La importancia de la regulación

El sistema PAC doble servicio más extendido consiste en hacer circular el agua que sale del condensador de la PAC tanto hacia el circuito de calefacción, como hacia el calentador de agua caliente sanitaria. Este equilibrio entre ambas funciones se realiza bajo el control de la regulación, mediante la orden de una válvula de tres vías direccionales. De esta forma, el modo disociado de la PAC da prioridad a la función de agua caliente por la noche, cuando las necesidades de calefacción se reducen y el precio del Kwh es menos elevado. Esta forma de funcionamiento es muy interesante, puesto que es más fácil interrumpir la calefacción puntualmente durante la noche, sin embargo, es importante recordar que este sistema requerirá una capacidad de almacenamiento de agua caliente importante. La producción de agua caliente también puede regularse según dos consignas diferentes: por ejemplo, a 55°C durante la noche y 40°C el resto del día. Por contra, algunos aparatos funcionan en modo "todo o nada" y otros a velocidad variable. Los últimos vienen, en su mayoría, equipados con variación electrónica de velocidad (tecnología Inverter). Será responsabilidad del instalador decidir qué solución se ajusta mejor para generar los picos de consumo de agua caliente por la mañana, al mediodía y por la noche.

Dos grandes familias de PAC doble servicio

Podemos distinguir dos grandes familias de PAC doble servicio: las PAC de exterior/agua monobloque o con elementos separados; las PAC por sondas térmicas verticales, por sensores enterrados horizontales o por agua de capa freática.

Separar la máquina termodinámica y el calentador de agua puede conferir un mayor margen para la instalación y dimensionado del último. Se recomienda realizar la instalación lo más cerca posible de las tomas de agua puesto que, al minimizar las distancias de las tuberías entre el almacenamiento de agua caliente sanitaria y las tomas de agua, estaremos limitando también las pérdidas de calor, los riesgos de crecimiento de la bacteria legionela, así como el tiempo de espera para la salida del agua por los grifos. También se recomienda no realizar bloqueos en el sistema de distribución de agua caliente sanitaria, puesto que se trata de un sistema que consume mucha energía, y destruye la estratificación en la caldera de agua caliente.

Limitar los riesgos de falta de confort térmico

La potencia de la PAC quedará determinada por las necesidades de calefacción y las fugas de calor que presente la vivienda. También se deberá controlar que no se produzca excesiva incomodidad térmica cuando la calefacción se interrumpa para la producción de agua caliente.

Las reglas del programa Rage suministran unas tablas muy útiles para evaluar el tiempo de recalentamiento del agua necesario, en función de la potencia calorífica media de la bomba y de la capacidad de la caldera, según diferentes escenarios de regulación con o sin resistencia de apoyo.

A título de ejemplo, algunas bombas de calor exterior/agua pondrán en funcionamiento el recalentamiento del agua caliente sanitaria únicamente vía la resistencia eléctrica integrada en la caldera los días más fríos, a fin de limitar los riesgos por incomodidad térmica. El resto de días, en el momento de recalentamiento del agua caliente sanitaria, se podría llevar a cabo un aumento automático de la calefacción si fuera necesario, en función de la temperatura ambiente.